domingo, 27 de abril de 2014

206 RC - Prueba Revista "Auto Test" (Arg) 2004


  Publicado en Revista Auto Test, N°165 - Julio 2004


Prueba Peugeot 206 RC 180CV
prueba test peugeot 206 RC
Rabia Contenida

El RC es una pequeña fiera de 180 CV que ofrece al conductor prestaciones de primer nivel para despuntar el vicio de la velocidad. Los ingenieros de la marca combinaron el potente 2 litros con un óptimo chasis que transmite al volante un abanico de sensaciones. Bajo su discreta apariencia oculta un manojo de nervios y un carácter puramente deportivo.


Cuando hablamos de autos deportivos casi automáticamente nos imaginamos una Ferrari de 500 caballos, un Lam­borghini, un Porsche o algún aparato de esos. Pero el mundo de los deportivos es mucho más amplio. Quién no recuerda aquel R5 Turbo, o al Daihatsu Charade GTti, con una cilindrada de un litro y 100 CV... Partiendo de un auto "utilitario" (como dirían los españoles), si se agrega a la re­ceta una buena dosis de pimienta bajo el capot y unos trabajitos en el chasis, es posible obte­ner un deportivo bien divertido. Pero claro, la electrónica, y los estándares de seguridad, con­fort y antipolución reinantes demandan una adaptación "un poco" más esmerada, ya no podremos prepararlo en el garaje de casa.

Para eso están los ingenieros, como los de Peugeot, que desarrollaron este RC, rival direc­to del Clío Sport aquí y en Europa, y por cierto obtuvieron un deportivo de primera línea en su segmento.

test prueba peugeot 206 rcSe hizo esperar una versión así ya que desde su lanzamiento mundial en el 98, el 206 más potente era el GTi de 137 CV, que queda­ba "corto" frente a un Clio de 172 CV (ahora en Europa con 182).

Peugeot Argentina nos cedió una unidad de manera exclusiva, la que a par­tir de aquí desmenuzamos punto por punto.

Apariencias
interior auxilio detalles peugeot 206 rcAl ser más bajo y lucir importantes llantas de 17 pulgadas, una generosa toma de aire fron­tal y un alerón trasero, el RC deja en claro pa­ra qué fue concebido. Pero si lo paramos al la­do de un GTi de 137 CV no son muchas las di­ferencias de estilo. Lo menos agresivo es la trompa, que pide un tratamiento más persona­lizado, aunque en Peugeot aseguran que es poco espectacular a propósito. De todas ma­neras en la calle lo miran y no poco.

Al abrir la puerta lo primero que vemos son dos generosas e impecables butacas de dise­ño "racing". Con mullido firme, nos envuelven el cuerpo en la conducción deportiva y no nos cansan la espalda tras varias horas de mane­jo. Descienden bastante, lo que mejora la po­sición de manejo deportiva y compensa la es­casa profundidad de la pedalera y un volante que sólo regula en altura.

Atrás es muy poco habitable ya que por sus dimensiones los asientos delanteros quitan bastante espacio. Está preparado sólo para dos ocupantes.
Por su forma, las butacas ya imprimen deportividad al ambiente interior, a lo que se suma el aluminio en el selector de cambios y peda­lera. Lo demás no difiere mucho de un 206 co­mún, salvo por el tratamiento "símil" kevlar con que se reviste la consola. Muestra algunos materiales de calidad mejorable pero los tapi­zados son mixtos en cuero y gamuza, textura esta última que se repite en las contrapuertas y la tapa de la guantera.
El habitáculo está bien insonorizado con res­pecto al viento pero deja ingresar el sonido del motor como con vía libre, algo que no molestará para nada a sus usuarios sino todo lo contrario.

Con aguja para la temperatura de aceite y complementado por ordenador, el instrumental ofrece generosa información y su lectura es muy sencilla. Todos los comandos se alcanzan natu­ralmente, menos las teclas de los levantavidrios, entre las butacas.










Esmero deportivo
Aunque exteriormente no se diferencia mu­cho del 206 GTi de 137 CV, los ingenieros de Peugeot han realizado una serie de trabajos específicos para transformar a este RC en un verdadero deportivo. Comencemos por el mo­tor, denominado EW10 J4S, un desarrollo espe­cífico para este modelo que posteriormente también adoptara el 307 CC.

Como base se utilizó justamente el 2 litros del GTi y de tantos modelos de PSA, sobre el que se realizaron numerosas modificaciones. Por nombrar sólo algunas, se adoptaron diferentes colectores de ad­misión y escape, adoptó otra gestión electrónica y, lo más importante, se implementó un nuevo sistema de distribución variable (VVT) que permite obtener una cur­va de potencia y par muy pareja, con un 80% de este último disponible ya a las 2.000 rpm. De esta manera se llevó la potencia hasta los 180 CV a un elevado ré­gimen de 7.000 rpm y un par de 20,6 kgm a 4.750.


Elástico y progresivo en el uso civilizado (aunque no tanto como el 2.0 del Clio Sport), demuestra su ca­rácter cuando encontramos espacio para acelerar. Con la potencia a un régimen tan elevado y con ca­si la totalidad del par desde las 4.500 rpm en adelan­te, en aceleraciones parece inagotable, "tirando" con rabia y muchos decibeles hasta las 7.300 rpm, donde el corte de inyección nos pregunta: ¿por qué no cambiaste a 7.000 y ganabas tiempo?

Su sonido inspira, instiga a enviciarnos con el ace­lerador. Con partida detenida, las aceleraciones se cumplen en muy buenos tiempos. Transmite tanta potencia al tren delantero que si soltamos el embra­gue con el motor girando a más de 4.000 rpm -pre­via desconexión del control de tracción- sólo logra­remos quemar más caucho. Manteniendo ese régimen en la salida y acelerando a fondo, la 1 ra "corta" a 65 km/h, dejando en claro su relacionado largo, que per­mite incluso utilizar esta marcha en rebajes para de­tenciones o en curvas de muy baja velocidad.

Llega a los 100 km/h en 7,5 segundos; pasa el kiló­metro en poco más de 28 lanzado a 186 km/h; pocos metros después llega al corte en 4 ta a 7.300 rpm y ya en 5ta, a 6.800 rpm roza los 218 km/h con un habitá­culo invadido por sonidos casi ensordecedores. La caja, accionada por cables, ofrece las relaciones justas y una buena precisión por parte del selector, con recorridos no tan cortos pero sí mucha sua­vidad (sello Peugeot) y precisión en el acciona­miento. De lo que no caben dudas, como lo di­je al momento de probar el Clio Sport, es que le hace falta una 6ta para relajar la marcha en ruta y de paso mejorar el consumo.

Y ya que hablamos de consumo, los valores ob­tenidos son normales para su cilindrada en ciu­dad y velocidades constantes. Lógicamente se elevan si nos entusiasmamos con la potencia, lle­gando a promedios de hasta 16 litros en caminos de montaña con picante en el acelerador.

Chasis a la altura
Como es de esprar, el incremento de po­tencia y las altas performances van acompañados de ciertas adaptaciones en el tren de roda­je, no sólo para garantizarnos seguridad diná­mica sino también diversión al volante. Con menor despeje y un importante "calzado" de 17 pulgadas con perfil 40, la puesta a punto de la amortiguación es mucho más firme y las barras estabilizadoras bastante más gruesas. El tren posterior, con doble barra de torsión, incorpo­ra dos tirantes de sujeción como en la 206 SW que suman efectividad sobre todo en los vira­jes exigentes, donde se lo siente muy bien apoyado en el pavimento.
El resultado es un chasis vivo que permite apro­vechar los 180 caballos a pleno. Firme y seguro, resuelve todo tipo de curvas con mínimas inclinaciones y una óptima convivencia de ambos trenes, porque si bien a veces se muestra levemente subvirante, el eje trasero puede "acompañar" con ciertos deslizamientos para cerrar el radio de la curva. Si buscamos exagerar esta reac­ción, el ESP se encargará (de manera algo brusca) de encausar la trayectoria. Pero si lo desconectamos y lo llevamos al límite encontra­remos un deportivo brillante que ofrece reaccio­nes tan nerviosas y deslizamientos laterales que nos obliga a estar atentos con la dirección y el acelerador para hacer las cosas bien.

¿Qué le puedo decir del andar en ciudad que no se imagine previamente?
Es duro, vibra­dor y aunque nuestra unidad era 0 km, ya se escuchaban algunos ruiditos interiores que seguramente se multiplicarán con el correr de los kilómetros. El despeje no es tan comprome­tido pero hay que estar sumamente atento a po­zos y cortaduras por el bajo perfil de los neu­máticos sobre todo porque este RC no tiene au­xilio. En su lugar, un kit de reparación de dudosa utilidad y que nos causará serios proble­mas si rompemos un neumático.

Equipamiento y Seguridad
equipamiento peugeot 206 rcDe por sí las adaptaciones al esquema de suspensión aportan una alta cuota de seguri­dad dinámica, a lo que se suma el ESP y un sis­tema de frenos potente con un ABS que fun­ciona bien y sólo cuando es necesario. El com­pendio de seguridad se completa con airbags frontales, laterales y windowbags (cortina), estos úl­timos poco vistos en su segmento. Por lo enumera­do, el nivel de seguridad es de lo mejor y sólo ano­tamos como faltante las luces de xenón, exigibles a un auto de su precio y teniendo en cuenta que las halógenas de este RC son poco potentes y no están a la altura de las prestaciones.

En cuanto a equipo de confort, tiene todo lo que verdaderamente hace falta y más también, con ac­cesorios destacables como el climatizador automático, CD changer o el tapizado de cuero. Sin faltantes de importancia.

PrecioLlegamos al precio, de 25.000 dólares, un valor al­to pero no tanto por ser importado de Europa y tenien­do en cuenta que allí cuesta prácticamente lo mismo, unos 22.000 euros. Aquí se coloca a la par del Clio Sport ($74.000), su rival directo y con quien se medi­rá próximamente en estas páginas. Otro es él Mini Cooper S, con 163 CV y un diseño que cautiva pero que se aleja en precio hasta los 32.900 dólares. 



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